domingo, 25 de enero de 2015

Lado a Lado: en la sencillez está el encanto

Protagonistas de Lado a Lado. Foto: Rede Globo


Lado a Lado, fue telenovela transmitida en el “humilde” horario de las seis en la cadena Rede Globo entre los meses de septiembre de 2012 y marzo de 2013. Y recalco lo de humilde porque suele ser un horario muy menospreciado dentro de la teledramaturgia brasileña pero que en los últimos años ha sido nicho de notables historias como “La vida sigue” o “Preciosa Perla” que han demostrado más contundencia que las ostentosas novelas del estelar horario de las nueve. En Chile se estrenó durante julio de 2014 en el tradicional horario de las 15:00 por las pantallas de Canal 13. Hace un año atrás ignoraba su existencia. Fue hasta que leí una noticia en que se reseñaba que esta producción había ganado el premio Emmy Internacional cuando recién pude conocerla. Pero eso no bastó para concitar mi atención. Fue hasta unos meses más tarde al mirar una sinopsis de esta historia que encontré en YouTube, para querer ahondar más en ella.

Lado a Lado es una telenovela que parece estar hecha más acorde al calmado ritmo de una película de cine arte que al de un melodrama televisivo, donde las genuinas emociones humanas transmitida por la refinada interpretación de sus actores, una cuidada producción que no escatima en bellísimas escenografías que reconstituyen de forma muy verosímil al Río de Janeiro de principios del Siglo XX, el uso del vestuario ad-hoc a la época, una elegante banda sonora, la trama que desarrolla temas sociales e históricos, son solo algunos de sus aspectos diferenciadores.

Me quiero detener precisamente en este último punto, que es algo que he extrañado mucho en las telenovelas latinoamericanas, en especial las chilenas. Certeramente no recordaba en años ver una producción que se atreviera a incluir sin timidez temáticas de esta índole. La última que quizás hizo esto fue “Pampa Ilusión” de TVN (en mi opinión la mejor telenovela hecha en Chile hasta ahora), orgullosa heredera de la escuela brasileña que marcó profundamente en una época la producción de telenovelas en Chile.

José María (Lázaro Ramos) practicando capoeira
Foto: Rede Globo
Esta telenovela escrita por João Ximenes Braga y Claudia Lage, a través de la mirada de sus cuatro protagonistas Isabel (Camila Pitanga), Laura (Marjorie Estiano), José María (Lázaro Ramos), Edgar (Thiago Fragoso), y de su antagonista principal Constanza (Patricia Pillar) nos relata la crudeza de la discriminación racial de la que eran víctimas las personas de piel negra, pese a que en la época en que se sitúa la novela, entre 1903 y 1910, Brasil ya había decretado la abolición de la esclavitud. En los primeros capítulos podemos observar como Isabel, su Padre Alfonso y sus amigos fueron víctimas de una barbárica decisión política al ser demolido el conventillo en donde vivían, ante lo cual se ven obligados a hacer abandono de la ciudad y establecerse en el Morro de la Providencia, dando forma a lo que hoy son las características favelas, al mismo tiempo en que José María era objeto de una arbitraria detención por la policía al intentar defender a su gente a través de la capoeira. Precisamente la capoeira junto a la samba, que hoy son considerados como aportes fundamentales de los esclavos a la cultura brasileña, en aquel entonces eran símbolos de menosprecio por gran parte de la sociedad.

En la otra vereda tenemos a una elite vacilante anclada por una parte a las viejas glorias de la época imperial buscando desesperadamente seguir usufructuando de los privilegios de aquel entonces como los títulos nobiliarios y la mano de obra barata que les proporcionaba la esclavitud. Pero que a la vez se encontraba en la incapacidad intelectual de adaptarse a los nuevos códigos, formas y paradigmas que implicaba la naciente República. Una elite en eterna contradicción que intentaba imponer pautas de conducta pero que era incapaz de poner en la práctica.

Otro tópico fundamental de la historia es la lucha de la mujer por su independencia y lograr su
Núcleo de Constanza (Patricia Pillar) y Laura (Marjorie Estiano)
Foto: Rede Globo
reconocimiento dentro de la sociedad, tratando de insertarse en ámbitos que eran considerados  como exclusivos de los hombres y deleznables para la “señoras bien comportadas”. La evolución de los personajes de Laura e Isabel a lo largo de la trama es clave para entender la importancia que los autores de la telenovela le dieron al tratamiento de este tema. Laura es víctima de diferentes intrigas de su madre Constanza que le impiden ejercer la docencia, pero sus anhelos de independencia y realización personal la llevarán a ejercer diversos empleos debiendo sortear múltiples dificultades. Junto a ella Isabel se nos muestra como otra víctima de una sociedad machista llena de prejuicios, ya fuera por su color de piel o por su condición de madre soltera. Pero que en su afán de lucha y ganas de progresar, se esfuerza por lograr su desarrollo profesional a través de la danza.

Otros interesantes contenidos incluidos en la telenovela son la situación del divorcio en aquellos años, la manipulación política, el acoso sexual hacia las mujeres, el surgimiento del fútbol, la discriminación religiosa, la precaria situación de los negros en la marina (mostrada a través de la revuelta del látigo), entre otros.

Pero hay algo en lo que creo que Lado a Lado sobresale mucho más aún, y es que es una historia que entrega un potente mensaje al televidente: que en la vida hay que luchar desde el ámbito personal por lograr los sueños, pero que a la vez estos ayuden a mejorar el mundo donde vivimos, en lo cual tienen gran importancia valores como la amistad, el respeto y la lealtad.

El gran mérito de Lado a Lado es que nos ha demostrado que es posible emplear la telenovela para tratar con convicción temas originales de interés social e histórico, los que suelen ser ignorados en la construcción dramática de estas producciones, so pretexto de dar mayor relevancia a historias cursis y superfluas. A ello se suma un elenco de actores preciso y talentoso, con núcleos acotados y llamativos, sin necesidad de recurrir ni abusar artificiosamente de recursos burdos como clichés, escenas de sexo explícito, groserías; junto a una atrapante fotografía y una impecable dirección.

Es una historia que no se presenta de forma grandilocuente, pero que al verla es capaz de sorprendernos y entregarnos más de lo que esperábamos, en donde el espectador no solo encuentra un espacio para pasar un rato frente al televisor sino que también es una instancia de profunda reflexión sobre la condición humana. Temas de debate social que parecen ser exclusivos de ese distante pasado de los primeros albores del Siglo XX, pero que en la actualidad siguen teniendo una lamentable vigencia. Vaya este sincero reconocimiento a Lado a Lado, un deleite a la vista al que bien merece la pena darle una oportunidad.